«Palabras desde el laberinto» es el nuevo poemario de Jorge Castro, puedes adquirirlo en
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«…De ellos nacieron mis alas
y de ellos provienen las banderas
y espejos con me trajeron a este mundo.
Mis antepasados perviven
en el tiempo de arena
que el aire esparce en mi cara
para curar destierros de mil mundos
y brillan en los ojos de la primera persona que llegué a conocer,
que me enseñó a respirar
siguiendo su estela clara,
a intentar vivir como lo que fueron:
el reflejo de una blanca luz
en el cristal límpido del agua».
NOTA DEL AUTOR
Este poemario refleja la búsqueda constante de quien escribe estas líneas. Es una búsqueda existencial que navega entre la música, la filosofía y la naturaleza. He intentado plasmar en estos versos mis pensamientos más íntimos (los verdaderamente profundos) y he buscado reflejar en ellos los miedos y las alegrías que afloran desde lo más profundo de mi ser; cuando dejo atrás el ritmo frenético de la vida cotidiana y me asomo al abismo más hondo y más terrorífico al que nos podemos enfrentar: el de nuestra propia existencia. Siempre intento dar ese salto de una forma honesta, sabiendo que quizás, nunca llegue a responder a ciertas preguntas que retornan a mi mente una y otra vez, siendo parte de mi propia vida. Como no podría ser de otra forma, mi búsqueda pasa por ese estado transformador al que el sonido nos puede llevar, dedicando cuatro poemas a compañeros y amigos compositores; dos de los cuales (Luis de Pablo y Joan Guinjoan) ya no están entre nosotros.
La búsqueda quizás no tenga final pero me reconforta intentar hacer el camino sin sentir que estoy malgastando mi vida. Tal vez algún día pueda encontrar la paz y la dicha de la que hablan los sabios de la India en sus enseñanzas ancestrales y finalmente comprender que el buscador es lo buscado. Mientras tanto, mi deber es seguir profundizando en la inmensidad de todo cuanto me rodea. Querido lector, si te encuentras en mi misma situación, espero que te reconforten estas líneas. Si no es así, posiblemente puedas hacer una lectura diferente adaptando mis palabras a tu propia realidad. Sea como fuere, quiero darte la bienvenida a mi laberinto, que en unos instantes será tuyo; ojalá y disfrutes del camino.